VIAJE A PORCUNA
Sábado, 14 de febrero de 2015
La salida será a las 8,30 horas desde la parada de El Corte Inglés. En este día visitaremos la ciudad de Porcuna para conocer la ciudad ibérica de Ipolca y la ciudad romana de Obulco. La visita será dirigida por el Doctor D. Luis Emilio Vallejo, director del Museo de Porcuna.
El origen de la actual ciudad de Porcuna se pierde en la más remota Prehistoria y los vestigios más antiguos pertenecen al Paleolítico Medio y Superior. La ocupación humana en su territorio continuó en los tiempos del Neolítico y en las Edades del Cobre y del Bronce, con grandes poblados fortificados que disponían de potentes bastiones defensivos, como los que se encuentran en los yacimientos de Albalate y los Alcores, situados a un lado y otro del rio Salado, lo que le servía para controlar el paso de esta zona.
A partir de los siglos VIII y VII a.n.e., en la Edad del Hierro, se produce la formación de los elementos culturales que darán lugar al mundo ibérico, presente en estos yacimientos, con influencias griegas, fenicias y de la civilización tartésica. De esta época es también la necrópolis de inhumación de CERRILLO BLANCO, un lugar que se puede asegurar que pertenecía a un linaje de la época.
El periodo ibero, a partir del siglo VI a.n.e., es el momento cumbre de la Historia de Porcuna, con la formación de la ciudad-estado de IPOLCA, un lugar con infinidad de yacimientos arqueológicos en su amplio territorio. La producción de cereales se almacenaba en los grandes silos existentes en la zona de los Alcores y San Marcos, este último en la actual Porcuna.
Es CERRILLO BLANCO una pieza fundamental para comprender la importancia del oppidum ibérico de Ipolca. Este asentamiento se encuentra a un kilómetro del casco urbano de Porcuna y está dedicado a las ideas de la muerte en la antigüedad. En él se localizó una necrópolis de inhumación de la Edad del Hierro con 24 tumbas de fosa y una megalítica. Pero el principal descubrimiento fue el localizar el mayor conjunto de escultura ibérica, que se encontraba depositado en una fosa tapada con una losa. Se extrajeron 1.486 fragmentos de un monumento heroico relacionado con la población ibera de Ipolca.
Son abundantes los restos romanos localizados en el casco urbano de Porcuna. La ciudad de Obulco tuvo ceca y sus monedas se expandieron hasta los más alejados rincones del Imperio. En el año 45 a.n.e. Obulco se había convertido en un importante centro urbano y se preparaba para recibir a Caius Iulius Caesar (Julio Cesar) que venía a emprender la ofensiva contra los hijos de Pompeyo.
Hacia el comienzo de la Época Imperial se levantaron grandes edificios a los que se accedía a través de pórticos. Destacan los restos de la llamada Casa de las Columnas. También se puede contemplar la red de conducciones de agua hacia los aljibes del interior de las casas.
En época andalusí la ciudad fue conocida como Bulkuna, siendo una de las capitales de distrito (iqlim) en que los emires cordobeses dividieron el territorio de la cora de Yayyán (Jaén) con fines fiscales. En el año 1233 Porcuna se sometió a Ibn al-Ahmar de Arjona, que ya controlaba Jaén y parte de Córdoba. Unos años más tarde, en 1240 o 1241, la ciudad cayó en manos de Fernando III. Tras la conquista, el rey castellano la cedió a la Orden Militar de Calatrava, cuyos responsables la convirtieron en un baluarte defensivo del territorio cristiano.
Los calatravos reforzaron sus murallas con torres pequeñas y macizas. Posiblemente en esta época se construyó el castillo con la Torre del Homenaje de planta ochavada en uno de sus ángulos; es la conocida como Torre de Boabdil. En la actualidad se encuentra en ella el Museo Arqueológico Municipal de Porcuna. La torre mide 28 metros de altura y contiene dos cámaras cubiertas con bóvedas góticas.
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción fue construida por el arquitecto Justino Flores que la concluyó en 1910.Se edificó en estilo Neorrománico y Bizantino con bóvedas de crucería en la nave central y de arista en las laterales. En los tres ábsides del templo se encuentran tres murales del pintor Julio Romero de Torres.
El edificio del Pósito Real, hoy rehabilitado como Ayuntamiento, es un notable monumento de estilo Neoclásico, levantado en 1798. En el patio de cristales se ha instalado una parte complementaria del Museo.